De
Pedro Romero Mendoza
(Mi padre)
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HE SOÑADO...
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He soñado que tú sólo vivías
del aire y de la luz en que te envuelves.
¡Qué sueño más extraño¡ me decías,
y me mirabas con tus ojos verdes.
Y es que un sueño mi vida siempre ha sido,
un sueño que comienza y nunca acaba;
un ver o un desear lo que no tienes
¡Oh dulce sueño mío¡
que no acerté a decir con las palabras.
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Pedro R.M...
Qué bien se entienden algunas inclinaciones.
ResponderEliminarQué orgullo para un hijo poeta que su padre le haya precedido en este afán.
Amando:
ResponderEliminarQue de un poeta como tú nazcan estas palabras, hace que aún me sienta más orgulloso de mi ascendencia.
Qué poco tiempo tuvimos para conocernos en Lérida, espero una segunda ocasión más pausada.
Gracias por tu visita y abrazos.
Bellísimo y excelente poema, amigo Terly. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn placer volver a visitarte.
Besos. María
María Bote:
ResponderEliminarQué alegría verde de nuevo por aquí, querida paisana, no sabes lo mucho que agradezco tu visita y comentario.
Mañana, con calma (es casi la una de la madrugada) pasaré a visitarte.
Un beso.
¡Qué bellos son el poema y el lienzo que lo ilustra!
ResponderEliminarQué suerte haber tenido tales maestros. Un abrazo, amigo
JUAN:
ResponderEliminarUn abrazo también para ti y mi agradecimiento por tu visita y comentario.
Ese acariciar las palabras, que envuelvan en su textura suave la figura evocada. Muy bueno, Terly
ResponderEliminarSaludos blogueros
José Antonio:
ResponderEliminarMis saludos y mi agradecimiento por visita y comentario.
Abrazos.
He aquí la muestra de que menos palabra no significa menos sentido o calidad, pues este poema esta cargado de sentido y también se caracteriza por su brevedad. Me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos, un beso.
Sergio:
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario.
He ido a leerte en tu blog y no me ha permitido el sistema publicar en él un comentario.
Desde aquí te dejo uno de los pensamiento en un libro de mi padre:
"Llora, llora sin miedo, las ládrimas están hecha de la esencia más noble de nuestro ser"
Sí, los hombres también lloramos y la muerte de un ser querido es una razón más que justificada para hacerlo.
Un abrazo.