Autor: Terly
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Marcela: Una de aquellas lavanderas
DIA DE LA MUJER
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SONETO
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En recuerdo de las lavanderas,
¡aquellas sacrificadas mujeres trabajadoras!
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Espada matutina blande el frío,
la luna ya traspuso el horizonte,
el sol asoma ya detrás del monte,
silenciosas caminan hacia el río.
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En los cestos de mimbre, ropa sucia
que ha mandado lavar el “señorito”,
misterioso y silente escapa un grito
que en la prisión del alma les acucia.
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Con el agua mojando sus rodillas
enjabonan y amasan los ropajes
que limpios tenderán sobre la hierba.
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Una gélida brisa en sus mejillas,
que congela la luz y los paisajes,
acompaña en la vuelta más acerba.
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MARCELA
Es una de aquellas lavanderas
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Llega siempre a su cita sin demora,
la soledad la espera cada día,
arrastra sus cadenas
de gruesos eslabones,
por el largo camino de los años.
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Alborotado y sucio su cabello blanco,
su frente es campo arado por el tiempo,
ojos grises color de su existencia
y una espera que a nadie espera,
la acompaña en un banco solitario.
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Su vista puesta allá en la lontananza,
lejos, muy lejos,
tan lejos que no encuentra su pasado,
rebusca en sus recuerdos con ahínco,
recuerdos ya canjeados por futuro.
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Con la fuerza que nace entre cenizas
trata de asir lo poco que le queda,
ese hilo fino de su vida que se escapa,
esa vida que vive por vivir,
ya sin nadie, ya sin nada.
ya sin nadie, ya sin nada.
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Ayer no pude resistir mi pena
y me acerqué temiendo importunarla;
la regalé un clavel con una rosa
y, tras mirarme un tanto confundida,
no pudo sujetarla con sus torpes manos
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¡ La vida le ha pasado por encima!...
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JJRME (Terry)
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4 comentarios:
Son dos poemas muy bellos y que rinden un merecido homenaje a esa mujeres que se ganan el sustento con el sudor de su frente... la mujer trabajadora.
Un abrazo.
Rafael H. Lizarazo:
Querido amigo; ayer recité estos dos poemas en unas dependencias del Ayuntamiento de El Masnou en un acto homenaje a la mujer y me siento muy orgulloso de haber sido invitado a este acto, asi como de haber podido poner en él mi granito de arena.
Pienso que la mujer, no solamente ha sido siempre trabajadora sino que han trabajado como nadie y sin el debido reconocimiento.
Te agredezco enormemente tu presencia, comentario y afecto.
Un abrazo.
Precioso poema que me trae a la memoria a aquellas mujeres que con sacos cargados de ropa sobre sus cabezas hacían doce kilometros desde Malpartida hasta Cáceres, para que pudiéramos dormir en sábanas blancas.Iban cargadas como bestias, no solo de peso, también de sabañones mastodónticos por tener que lavar la ropa en las gélidas aguas de los regatos. Nunca tuvieron un reconociento por parte de nadie, así pues las que vivan aún, se alegrarán de que haya alguien que las recuerde y las que murieron, te estarán esperando en el cielo con ropa limpia.
Pablo
Pablo:
Son aquellas mujeres lavanderas de Malpartida de Cáceres las que ahora vienen a mi memoria y a las que en agradecimientos de las sábanas que tú mencionas, limpias y soleadas, que recuerdo yo de mi niñez, les dedico este sencillo homenaje en agradecimiento de su sufrido y poco reconocido trabajo.
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