A mi madre ELADIA MONTESINO-ESPARTERO
Yo he nacido del tronco de una
encina
enraizada en las tierras extremeñas,
cuando el cantar del grillo suena a luna
y los campos se agrietan extenuados.
En mi calle las piedras relucían
con el brillo de versos medievales
que en las noches brotaban con sonidos
emitidos por citaras remotas.
Quisieron asomarse a mi ventana,
tras el cendal traslúcido y sedoso,
las largas, verdes y afiladas hojas
de la añosa palmera vigilante.
Pero fue otro árbol ancho y vigoroso
el que me diera sombra con su copa,
me regalara vida con su fruto
y ofreciera cobijo en las tormentas.
Han pasado ya muchos, muchos años,
tan solo van quedando los recuerdos,
la encina se ha secado, ya es ceniza,
resta el aire impregnado con su aroma.
cuando el cantar del grillo suena a luna
y los campos se agrietan extenuados.
En mi calle las piedras relucían
con el brillo de versos medievales
que en las noches brotaban con sonidos
emitidos por citaras remotas.
Quisieron asomarse a mi ventana,
tras el cendal traslúcido y sedoso,
las largas, verdes y afiladas hojas
de la añosa palmera vigilante.
Pero fue otro árbol ancho y vigoroso
el que me diera sombra con su copa,
me regalara vida con su fruto
y ofreciera cobijo en las tormentas.
Han pasado ya muchos, muchos años,
tan solo van quedando los recuerdos,
la encina se ha secado, ya es ceniza,
resta el aire impregnado con su aroma.
JJRME (Terly)
2 comentarios:
Madre mía, ha sido emocionante, y si ya la voz es suya...
elguantederita
Apreciado amigo. para mí, lo emocionante, es que haya alguien a quien le parezca emocionante y sí, la voz es mía, aunque afectada por un buen resfriado.
Un abrazo.
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