PARA LOS QUE NO ESTUVIERON

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Para cerrar esta fiesta del Café Gijón, donde el día 26-09-2009 celebramos el
I ENCUENTRO DE POESÍA EN LA RED, y para aquellos amigos de este blog que no estuvieron allí presentes, publico a continuación los poemas que recité en ese entrañable acto.
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1º VIEJO PESCADOR
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2º DÉJAME LLORAR A SOLAS
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3º AL ALBOR

VIEJO PESCADOR


Fruncidos tus ojos, viejo lobo,
y con las mirada cansada de otear
los lejanos horizontes marinos,
con tu piel curtida por el yodo
y por los vientos que envuelven tu navío…

La barba canosa y agitada
por la furia de violentas tempestades,
da fe de haber cruzado los mares
en dramáticas noches huracanadas
en las que la vida nada vale.

Tu gesto serio, rígido, cansado,
refleja la dureza de tu vida,
el rostro marchito y arrugado,
la piel deteriorada y envejecida,
son compendio visible de tu pasado.

Como el clásico y tópico pirata,
te has convertido en huraño marinero
que enamorado de la mar desprecia
de la tierra al hombre postinero
y a esta falsa sociedad ingrata.

Ya olvidado del temporal hiriente,
ya en tu rostro la alegría reflejada,
tu arribada a puerto es celebrada
al consignar con tus redes sobre el muelle
amor, pan y bienestar para tu gente.

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DÉJAME LLORAR A SOLAS

 

Hay pensamientos ocultos

que tienen sus alas largas

y que escapan miserables

a través de la mirada.

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Vuelan ligeros de peso

huyendo como las garzas

cuando se enfrentan al viento

para cruzar la ensenada.

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Hoy en tus ojos he visto,

más allá de tus palabras,

que ya de aquel nuestro amor,

no queda nada de nada.

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Que por mucho que me digas

que me quieres, que me amas,

ni mi amor es ya tu amor,

ni tampoco mi alma es tu alma.

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Vuélvete sobre tus pasos,

vuelve a tu antigua morada,

déjame llorar a solas

esta gran tristeza amarga.

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AL ALBOR

(Quando l'amore è fatto con amore...)

Silencio… mudo silencio…

tan sólo un despertador

que implacable marca el tiempo

su “tic-tac” perturbador.

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Pajarillos bajo el cielo

y en el cielo,… resplandor;

sobre sus labios, los míos

para beber de su amor.

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Luz que ciega, su mirada,

mezcla de azul y candor;

en su hogar, mi verde rama

chisporreteando al albor.

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Cinco veces cantó el gallo

de la torre y de color

áureo se engalanó el día

derrochando su fulgor.

 

Terly

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