EL SOLDADO ANÓNIMO

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De
Pablo Romero Montesino-Espartero
(Mi hermano)

A veces leemos comentarios peyorativos sobre la actuación de nuestros soldados destacados en el extranjero. Se les compara con alguna ONG o hermanas de la caridad, porque en su labor humanitaria, se ven obligados a obedecer ordenes, en ocasiones más difíciles de aceptar que la de apretar el gatillo de un arma contra algún terrorista.

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Texto que aparece en la fotografía:

Primero la que respira, la que se sabe que está viva. La que mira con angustia. Después, el cuerpo casi inerte de la otra mujer herida mortalmente es también rescatado bajo las balas.
Selma Slipicevic, de la Unicef, de veinticuatro años, ha vuelto a la vida. Jamás olvidará a los “soldados españoles de la ONU”

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Hace años, las fotografías que acompañan este escrito me produjeron sensaciones diversas, pero todas ellas cuajadas de una emoción desbordante. Sin quererlo, se me nublan los ojos de lágrimas cada vez que pasando las páginas de uno de los álbumes en que tengo a mis seres más queridos, se cruzaban en mi camino. Hoy al verlas de nuevo, no he podido reprimir la tentación de airearlas para de esta manera agradecer a esos soldados, compatriotas anónimos que aparecen

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en ellas, el hecho tan loable y de valor extremo, de auxiliar bajo el fuego de un francotirador a dos mujeres tiroteadas desde una ventana en la Bosnia en guerra de hace años. Tampoco quiero olvidar al reportero gráfico, que jugándose también la vida, dejó para la posteridad un hecho

que de otra forma nadie habría podido valorar.

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Me siento orgulloso y en deuda como español, de cuanto de bueno han demostrado y siguen demostrando nuestros soldados fuera de España, sirva lo anterior como pequeño homenaje a todos ellos.

Pablo (Mi hermano)