Caminé
por las estrechas calzadas;
bajo los toldos acuchillados de colores
y el artificio de la luz divulgadora.
Sin oír
el grito clamoroso de la muchedumbre enardecida:
los soberbios y los irascibles,
los concupiscentes y los hambrientos
que, aullando
como perros rabiosos,
iban tras de mí.
Yo les miraba con ojos casi beatíficos,
y les decía: “ ¡Estáis muertos! “
y les decía: “ ¡Estáis muertos! “
pero a pesar de todo
brindábales en la punta de mis dedos alargados
la solución de sus problemas.
Caminé
por los suburbios de gente cochambrosa,
entre quejidos y lamentos,
bajo el signo de la noche inexorable,
y me miraban torvos,
hirientes, como flechas enherboladas,
y yo les decía lo mismo: “ ¡Estáis muertos! “
y les restregaba los ojos con las ortigas de mis dedos afilados.
Caminé
sobre las rocas de las playas desiertas
atraído
por el olor a brea de los puertos
y el sonar de las sirenas encabritadas
y coronado el temeroso cantil,
me sentí perseguido
por las sombras de los muertos,
que me tendían sus brazos en una desgarrada actitud de insumisión,
y apretaban los dientes
y proferían gritos rabiosos
como una onda sonora llegada de lejanos mundos siderales.
Y me entró de súbito
un miedo vertical ecuménico
como si todos los planetas habitados vinieran en mi busca.
Y corrí, corrí, corrí
desesperadamente,
azuzado por las ansias biológicas , entrañables, del ser,
mientras oía exclamar en torno mío:
“ ¡No somos nosotros los muertos! “
“ ¡No somos nosotros los muertos! “
Pedro Romero Mendoza
(mi padre)
Pedro Romero Mendoza
(mi padre)
4 comentarios:
Me parece excelente yfilofósico este poema de tu padre, amigo y paisano Terly.
Gracias por compartirlo.
Besos. María
María Bote:
Has captado perfectamente, querida paisana, el fondo filosófico que sobre este poema imprimió mi padre en sus versos.
Tus visitas son un regalo.
Un beso.
Filosófico e impactante. ¡Brillante! Un abrazo
Bienvenida, Alma, me ha encantado tu visita y te agradezco este comentario lleno de afecto hacia las letras de mi padre.
Un beso.
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