24 may 2008

VENECIA (Hablemos de amor)

Con la autorización de mi hermano Pablo (Simbad el Marino para los más cercanos) voy a publicar en el día de hoy una carta suya, ( por mi conservada) que nos escribió a la familia desde la mar el día 29 de Agosto de 1964 cuando se encontraba realizando una de sus primeras travesías como marino mercante:

Querida familia:
Me hubiera gustado al final de cada jornada transcurrida en Venecia, contaros cuanto había conocido, disfrutado...amado. Pero el tiempo, nuestro inexorable enemigo en cada puerto, me ha impedido llevar a cabo tan sanas intenciones.
Han sido diez días vividos intensamente y contra-reloj, hasta el punto de tener que aprovechar la playa o el “vaporetto” que desde el puerto me trasladaba hasta San Marcos, para dormir y poder tenerme en pie...¡una locura sí, pero qué maravillosa locura¡
El viaje en sus 4.385 millas náuticas desde Takoradi en el Golfo de Guinea, se desarrolló con absoluta y monótona normalidad hasta la última singladura, la número 19. En ella y aún con las imágenes selváticas del África Occidental en mi memoria, aparecieron por nuestra proa, las cúpulas más altas de la increíble ciudad de Venecia sobresaliendo majestuosas tras un horizonte nítido, casi tangible, en una mañana hermosa y azul. Atrás habíamos dejado el intrincado laberinto de las islas yugoeslavas y el paso entre Visebo y Vis. Dicen que es la isla en la que el mariscal Tito pasa sus vacaciones. Lo cierto es que tiene su emoción pasar rozando las costas de un país al que a los españoles nos está prohibido visitar, según reza nuestro pasaporte.
Lo que en un principio nos pareció un espejismo, una broma cruel de la naturaleza, poco a poco se fue convirtiendo en ese conjunto armónico de luz, arte y color, que es la Villa del León Alado.
¡Gracias Dios mío, gracias inmensas...que bueno has sido conmigo¡
¡Qué deseos tan grandes de vivir¡ ¡Cuánto orgullo europeísta...¡
¿Por qué se muere ignorando tanta belleza? Me imagino que por idéntica razón por la que pasamos a mejor vida sin haber leído las obras maestras de la literatura universal, admirado a través de sus cuadros el genio casi divino de tantos maestros del color o sin haber sentido en nuestros oídos la suave caricia de La Pastoral, por ejemplo.
Venecia es...Venecia es indescriptiblemente hermosa. No existen palabras, ni calificativos capaces de describirla o pintarla. Quizás la música pudiera amalgamar y fundir en una sinfonía, su arte, su arquitectura, su historia, su romanticismo...y dudo mucho que consiguiera, a pesar de la espiritualidad de aquella, reflejarla fielmente.
Me daban pena los que en el silencio sobrecogedor de sus canales, no podían sentir en aquellas noches cálidas y de cielos estrellados, los latidos cercanos de un corazón femenino, ni podían ver en los ojos de una austriaca de Innsbruck, los Alpes eternamente nevados, ni en la oscuridad sentir en sus labios el sabor salado con que todo se impregna en el Adriático.
Me daban lástima cuántos no pudieron escuchar desde lo alto del Campanil, la música de Rossini que subía intacta desde la plaza hasta lo más alto de la torre. Ni acariciar sus enormes campanas de bronce, ni contemplar el fabuloso escenario en el que los siglos parecían dormir encantados por la batuta del mago que dirigía la orquesta allá abajo.
Sentí lástima también por quienes no pudieron ver aquella majestuosa ascensión del sol tras el verde, rosa y oro de San Marcos mientras sus torres lanzaban al aire mil acordes de bronce, rompiendo con su estruendo la diáfana mañana...
¡Cuánta felicidad y cuánta amargura¡
Cuando mi barco en su búsqueda de la salida al mar, pasaba ante San Marcos y el Palacio Ducal dejando lentamente por su popa, La Salute, San Giorgio, Murano ...cuando la última paloma se llevó prendida en sus alas la última nota de aquellas campanas, con ella y confundida en apretado abrazo se fue gran parte de mi alma. Había sido todo tan bonito que me pareció despertar de un sueño en el momento en que por nuestra proa solo había agua y solo agua.
En un instante afluyeron a mi mente y en desordenado tropel mil cosas que nunca podré olvidar. Sus ojos, sus manos, sus labios, sus cabellos...cada fuente, cada callejuela por donde había pasado con ella en nuestro afán de conocer los lugares más pintorescos y románticos, ligados a esos momentos que dejan huella perenne en nuestro corazón, los que solo el silencio puede describir.
Atrás quedaban los baños en el Lido, el Lacrima Christi en copas de Murano, nuestros paseos por el Gran Canal, los cafés en San Marcos escuchando las “orchestrinas”
o el amanecer en las escalinatas de La Salute...
He sentido como el mundo se me venía encima...todo había terminado, no la vería más, no podría volver a besarla, ni oiría el tono dulce de su voz, ni sentiría en mis ojos la caricia de su mirada...¿por qué Dios mío, rodeado de luz, solo veo tinieblas...? Daría cualquier cosa por unas palabras de consuelo...mientras tanto la hélice gira y gira sin piedad poniendo millas y millas de por medio.

Viaje Venecia-Montevideo, 29 de Agosto de 1964
Pablo.

9 comentarios:

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Tu hermano Pablo, además de marino, es un romántico, capaz de transmitir la belleza y sensualidad de una ciudad como Venecia a alguien como yo, que no la conozco.

Claro que hay muchas cosas hermosas en el mundo, y que no todos podremos contemplarlas o gozarlas, pero la incógnita constante que nos acompaña desde que nacemos de cuándo, cómo y dónde nuestra vida lucirá el broche final de la muerte, alimenta también la esperanza de que durante nuestro recorrido habremos disfrutado de esas u otras maravillas, de momentos, de paisajes, de personas....

Me gusta pensar que siempre la vida, como decía Martín Vigil en su libro, sale al encuentro, nos sorprende y será precioso compartir esos momentos con quienes estén a nuestro lado. Si no están, también les extrañaremos, al igual que me gusta pensar que alguien me recordará, si soy yo la que no estoy.

(Por fín actualicé en mi blog, sobre un tema candente y nada original, lo sé, pero me duele y tengo que escribir sobre ello)

¡C'est la vie! (cómo diría Sarkozy)

Fin de los Tiempos dijo...

Le dejo un premio por hacernos pensar en otras cosas mucho más sugerentes, como la poesía

http://unidadylibertad.blogspot.com/2008/05/premio-blog-dorado.html

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Shikilla:
Seguro que en el larguísimo recorrido que sin duda a ti te queda, tendrás innumerables ocasiones de disfrutar de lugares, situaciones y circunstancias maravillosas que alegrarán tu vida y también estoy seguro de que todo esto será en buena compañía, al menos es lo que te deseo.
No creas que he olvidado visitar tu blog de poesías. Quiero saborearlas con la tranquilidad y el sosiego que las mismas se merecen., por tanto, hasta que no tenga esos momentos de relax, no quiero leerlas.
Un abrazo.

Fin de los Tiempos:
Estoy inmensamente agradecido por el premio que me otorgas. Será debidamente recogido y atendido.
Espero que empiece la próxima semana para poder atender éste y algunos compromisos más que tengo pendientes y que por motivos familiares, hasta este momento, no he podido dedicar la atención debida.
También para ti un abrazo y nuevamente mi agradecimiento.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Terly! ¿cambio de look?. Vaya, vaya, veo que tú llevas a cabo ese dicho de "Renovarse o morir".

Me gusta también este modelo que has elegido ahora. En realidad, lo que vale siempre más es el contenido y en el caso de tu blog es inmejorable.

Un abrazo

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Gracias Shikilla, eres muy amable.
Mi cambio de look me está costando Dios y ayuda. Ya sabes que soy un zoquete con la informática pero, aunque sea poco, a fuerza de tropezones voy aprendiendo (repito, poco).
¿Qué tendría yo que decir del contenido de tu blog en el que escribes poemas y relatos tan bonitos?
De nuevo gracias y un abrazo.

Aguijón dijo...

Me meto en vuestro "romance" para deciros que yo estuve una vez en Venecia, con mi novia (hoy mujer) y me encantó.
Shikilla, si tienes oportunidad de ir, mejor que no haga el calor que yo sufrí. No lo paso bien, en general, con el calor pero ese día me dió una lipotimia. Mucho calor así como humedad...
Pero Venecia es una ciudad que merece mucho la pena. Otras ciudades así son Praga, Szalsburg, Viena, París o Londres... quizás, para mí, en el orden que he puesto.
Pero en España tenemos otras ciudades que son de encanto. Cáceres, Toledo, Segovia, Ávila, el Madrid de los Austrias, la Barcelona antigua...
Besos,

Pedro dijo...

Y Plasencia, Trujillo, Garganta la Olla, Mérida... por citar solo Extremadura, pero sí, Venecia es una ciudad especial y tal y como la describe tu hermano invita a conocerla si no lo has hecho. Yo la conocí un día que llovía tanto, que la Pza. de San Marcos estaba medio inundada, pero luego paró la lluvia, salió el sol y el espectáculo fue maravilloso.¡Me encantó Venecia!
Un abrazo.

icue dijo...

Te dejo un regalo, como premio a tu esfuerzo
Un abrazo

Clave de Sol dijo...

Hola Terly,
no tengo olvidados los blogs...pero por motivos de trabajo estoy fuera y no puedo dedicar tanto tiempo como me gustaría. Me ha gustado mucho la carta de tu hermano...como dice Shikilla... debe ser muy romántico... Y un romántico...escribiendo sobre uno de los lugares más románticos...y de una manera tan bonita...

Aguijón... yo también he estado en Venecia... y uno de los mejores meses para ir creo que es febrero...no hace tanto calor... el tiempo es ideal...y no hay tanto turimos. Eso si...siempre que no vayas en los dias de carnavales!

Saludos