Como ya dije en uno de mis post anteriores, mi padre, perdió la vida en un accidente de automóvil. Perder a un ser querido siempre es extremadamente duro, pero si además se pierde en circunstancias tan trágicas y después de haberse debatido entre la vida y la muerte durante doce terribles días, si cabe, aún se hace más doloroso.
Aquí, en este nuevo poema de mi madre, se refleja una vez más el inmenso dolor que le produjo el fallecimiento de mi padre y el impacto que en su alma le dejó su muerte. Nunca mi madre estuvo sola. Los hijos y toda su familia la estuvimos arropando siempre con verdadero cariño, pero,... una vez que nosotros ya éramos mayores, todos habíamos formado ya nuestra propia familia, imagino la soledad que a pesar de todo debió sentir siempre dentro de su alma.
Y sin más dilaciones, aquí, su poesía.
TU DESPACHO
A Pedro
Desde que tú te fuiste para siempre,
cerrada está la puerta del despacho,
cuyo cristal labrado se trasluce
y me hace ver la tenue luz, si paso.
¡Claridad misteriosa que ilumina
los amados recuerdos de aquel cuarto!
A veces es la luna, que derrama
su dulce claridad; otras, los astros.
Yo sigo en los afanes de mi casa
de un lado a otro, sin buscar descanso,
y a veces se me antoja que estás dentro,
sentado ante tu mesa de despacho,
leyendo sin cesar “hermosos libros
que llenan de dulzor y de veneno el ánimo”,
pero al abrir la puerta lentamente,
con temor de turbarte en tu trabajo,
me encuentro tu sillón siempre vacío
y las blancas cuartillas en descanso.
¡Por siempre blancas! Palidez de muerte,
sin sentir la caricia de tu mano,
que escribía ¡ay! los bellos pensamientos,
que tu alma y tu saber le iban dictando.
Duermen los libros en sus anaqueles
sin que nadie se atreva a profanarlos,
esos libros tan tuyos, tan queridos,
esos buenos amigos que has dejado.
¡Qué espantosa quietud y qué silencio
la muerte imprime a cuanto encuentra al paso!
***
Un nudo se me pone en la garganta
y cierro temblorosa, tu despacho…
¡No debí abrir, jamás, aquella puerta,
que no me permitió seguir soñando!
Mi madre Eladia M-E A