NARCISO
Cada vez que me miro en el espejo,
en él advierto reflejado un pijo,
descendiente de musa y muso, el hijo,
al que todos demandan su consejo.
Jamás tuve en la vida ni un complejo
y como un gran poetas, yo me erijo,
por la ley del "narciso" yo me ríjo
y cuando alguien me alaba yo me dejo.
Tan grande soy, que soy como un antojo.
¡Que suenen las campanas, soy un lujo!
que golpeen con fuerza su badajo.
Me quiero y doy de besos un manojo
y soy de las pasiones como un brujo
sin que me ceda un palo del sombrajo.
JJRME (Terly)