Autor: Terly
TESTAMENTO VITAL
Consciente
de que llega ya el momento,
escribo y firmo aquí mi testamento:
Mi cuerpo dejo, no para las llamas,
-para
eso existe ya el infierno-
sí
a los gusanos,
que al fin y al cabo
también tienen derecho a su alimento.
Dejo mi alma repartida
- en proporción a los afectos-
a quienes de uno u otro modo
gustaron de mi presencia,
me amaron,
participaron de mis tristezas
o al verme acosado por la vida,
rezaron por mí sus oraciones,
teniendo la certeza
de que jamás renunciarán a sus plegarias
por estar afincado en sus recuerdos.
Y en cuanto a mi poesía…
¿qué podría
hacer yo con mi poesía?...
quisiera llevármela conmigo
para que a nadie le incomode,
pero si hubiera una persona,
aunque tan solo fuera una persona,
que gozara o gustara su lectura,
a ella se la dejo en testamento
para que tenga un pedacito de este alma
que decidió marcharse con sigilo
por respetar el tópico letrero
de “NO MOLESTEN”
JJRME (Terly)