no quiero ser vieja¡”…
mirando a su abuela
surcada de arrugas
la faz macilenta
los ojos hundidos,
(que el tiempo y las penas
su brillo apagaron)
ojos que antes eran
brillantes y lindos
como las estrellas.
.
no quiero ser vieja¡”…
Su hermano que tiene
quince años apenas
del brazo la coge
y aparte la lleva,
y le habla quedito,
quedito y con pena.
.
fue joven, y cuentan
que era tan bonita
como una muñeca.
El rostro hechicero
manos de azucena
cutis sonrosado
la boca risueña
con dientes chiquitos
blancos como perlas
y unos labios finos
color de las fresas.
Su mata de pelo
brillante y trigueña,
reflejos metálicos,
finuras de seda,
de rizos rebeldes
si el aire los peina.
¿Los ojos?...¡Los ojos
eran dos poemas¡
Vivos, chispeantes;
gracia picaresca
mezclábase en ellos
con dulce inocencia;
grandes y rasgados
color de la almendra
cuando adorna el árbol
en la primavera…
.
no quiero ser vieja¡”…
.
que en la chimenea
tiene nuestra madre?
Pues bien, es de abuela.
Ven que te lo enseñe.
Mírala, contempla
su esbelta figura,
la cintura estrecha,
el porte elegante
como una princesa
de las que en los versos
hablan los poetas.
¡Cuántos soñarían
con que era su reina
y le habrán escrito
romances y endechas.
.
no quiero ser vieja¡
También dicen todos
de abuela que es santa.
¿No ves cuando reza?
¡Parece que el alma
se eleva a los cielos
y Dios la acompaña¡
Verás, cuando muera
vendrán a buscarla
mil ángeles bellos
batiendo las alas;
la Virgen y el Niño
y todas las almas
de todos sus muertos
(por los que rezaba)
y allá en las alturas
se han de oír hosannas
y dulces acordes
en violas y en arpas;
y coros de arcángeles
de santos y santas,
con sus leves túnicas
en oro bordadas
saldrán a su encuentro
sobre nubes blancas,
azules y rosa
y color de nácar…
Y hasta el Arco Iris
se pondrá a la entrada
cual arco de triunfo
para agasajarla,
y San Pedro entonces
le ha de decir “¡Pasa¡”
Dios que es bueno y justo
querrá compensarla
de todas las penas,
de todas las lágrimas
que vertió en el mundo
humilde y callada
y al séptimo cielo
(más joven, más guapa
que lo fue en la tierra)
será transportada.
.
su hermano contaba
la niña le escucha
atenta, embobada.
.
el sol se ocultaba
y tras los visillos
su luz tamizada
teñía de rosa
la faz de la anciana,
dando nueva vida
a esta flor ajada.
El frío era intenso,
crujían las ramas.
La luz en el cielo
se hacía más pálida.
A una blanca rosa,
hermosura y gala
del jardín, que en sombras
rodea la casa,
un golpe de viento
sus hojas arranca.
¡Ay las verdes hojas
y las rosas blancas¡
¡Trágico destino¡…
¡Pobre flor humana!
Mi madre Eladia M-E.A.