De:
Pablo Romero Montesino-Espartero
(mi hermano)
.
.
.
INVISIBLES
Hay formulas modernas para saber en que término de tu camino te encuentras en la vida, yo siempre he dicho, que cuando el portero te da el “don” y la familia el “ito” te debes preparar para lo peor. Esta formula tan solo sirve para alertarte de que tu intensa y emocionante vida, está llegando a su puerto de destino y debes aceptar ver como una juventud arrolladora-no la tuya, por supuesto-te pasa por encima como una apisonadora.
Miras en tu derredor, y al verlos llenos de vitalidad y alegría desenfrenada, te preguntas por qué no tienes una segunda oportunidad, para emplearla en aplicar la experiencia adquirida a lo largo de tu existencia, en corregir los errores cometidos a lo largo de ella.
Ya no hay vuelta a atrás y las agujas del reloj ,que hace unos años, muchos ya, parecían casi paradas, ahora se te asemejan a la hélice de un avión en la que en cada revolución, se te escaparan los días y las horas a una velocidad de vértigo.
A veces pienso que voy en una nave espacial que gira alrededor de la tierra y en la que la salida y puesta de sol se sucedieran cada dos horas.
Todo esto es muy triste, pero cuando el estado físico es benevolente contigo, ese transcurrir se hace más soportable y a veces te anima a aprovechar al máximo cada instante, habiendo comprendido, que como diría un muy querido sabio de Navalmoral de la Mata, “hay que darse prisa, que esto se acaba”.
Pero hay algo que te duele mucho más que el paso del tiempo o que los achaques propios de tu edad y es tu invisibilidad.
Esa invisibilidad, no es otra cosa que cuando rodeado de gente más joven que tú, tienes la sensación de no estar, estando, debido a la falta de consideración hacia ti.
En tu interior sufres, pues no hay cosa peor en esta vida, que esa invisibilidad artificial a la que te someten a pesar de que tu “riqueza” podría reportarles un gran beneficio, si emplearan de vez en cuando la herramienta de la pregunta.
.