27 feb 2014

SILENCIO

Autor: Terly
 
 
 


SILENCIO

Que la rosa pierda su perfume
y los lirios su esplendor,
que reine el cardo y el espino,
que oculte sus pétalos la flor,
...
que el grillo silencie su canto
y quede mudo el ruiseñor,
que las aguas del río se detengan,
nos molesta su rumor,
que se frenen todas las mareas
y el prado pierda su verdor,
que ya no salga la luna
y apaguen las estrellas su fulgor,
que el cielo llore lágrimas de fuego
y el ocaso renuncie a su color.
Silencio, que todo quede en silencio,
escuchemos el llanto del dolor,
silencio… silencio… silencio…
que en el mundo ha muerto el amor.

JJRME (Terly)

6 comentarios:

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Gracias por el Canto a la mistad, pues al leer su primer poema, me entristecí. El mundo está complicado con las guerras, ambiciones, atentamos contra la vida en mil formas, pero el amor no puede morir nunca, mientras Dios nos sostenga en su mano.
Un abrazo
Sor.Cecilia

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Querida Sor Cecilia:
Después de ver un telediario, sea en la cadena televisiva que sea, la inspiración no da para más y sin querer, la mente, te inspira estos versos de desánimo.
Un beso.

Anna Calero dijo...

...buen amigo, mientras personas como tú pisen fuerte el mundo entonces habrá esperanza

mientras nos encontremos, seamos amigos, nos escuchemos...entonces habrá esperanza...

cuenta conmigo...siempre

besicos de los míos, de toico corasong

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Querida Anna; esta es la inspiración que me llega tras escuchar un telediario, leer un periódico o ver la miseria y el abandono del tercer mundo, pero efectívamente, luego recapacitas y te das cuenta de que también existen amistades como la tuya que hacen de Aspirina y te calman el dolor.
Otro besico, de toito corasssong, de los tuyos.

Anónimo dijo...

Bonito alegato. Lo triste es que de haber tenido el arma el otro, hubiera hecho exactamente lo mismo.
Pablo

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Pablo;
esa es precisamente la muerte del amor que aqueja al ser humano.